EL
PODER DEL DINERO
Lo que deja la RevocatoriaJohnny Montalvo Falcón
Luego del proceso de revocatoria es
necesario comenzar un debate sobre la continuidad o no de este mecanismo de democracia
directa por el cual el soberano (el pueblo) puede revocar a cualquier autoridad
municipal o regional. En este sentido debemos partir del análisis de las
consecuencias positivas o negativas que conlleva este proceso. Todo con la
finalidad de establecer que es lo más conveniente para el interés público. Mi posición
es que la revocatoria se elimine de la Constitución como derecho ciudadano, al
mismo tiempo que el periodo de los Alcaldes se reduzca a 3 años. De este modo,
aunque se puedan elegir Alcaldes ineficientes e incapaces, estos podrían
concluir sus mandatos sin procesos de consulta “costosos” que podrían “afectar
la gobernabilidad democrática”.
En adelante quiero realizar un análisis de
este proceso revocador que se dio por primera vez en Lima. Como ya he señalado
anteriormente la revocatoria aparece por primera vez en nuestra Constitución de
1993. Debe destacarse que la aprobación de los artículos pertinentes en esa
Constitución recibieron las críticas y el rechazo de una joven congresista
llamada Lourdes Flores Nano. Desde el año 2004 han sido más de 800 autoridades las
que se enfrentaron a este proceso y jamás se dijo que “intereses oscuros”
estaban detrás de aquellos revocadores, menos que estaban en peligro la “estabilidad”
e “institucionalidad” democrática. Pareciera que hay dos visiones contrarias al
observar el proceso “en sí”. Cuando afecta a las provincias es un mecanismo
democrático, cuando afecta a Lima la revocatoria pone en riesgo la “gobernabilidad”.
También sucede lo mismo desde la óptica
de la izquierda, los “progres” y los “caviares”. El mecanismo fue ideado en el
pensamiento de izquierda como un “arma” de la lucha por el poder avanzando
hacia la “democracia directa”. Henry Pease, líder de la vieja izquierda marxista,
estuvo detrás de todas las Leyes que se aprobaron durante el gobierno de
Alejandro Toledo y que han permitido que se realicen todos los procesos
revocadores contra autoridades elegidas a escala nacional. La izquierda no dijo
nada antes porque los procesos fueron contra autoridades que no eran de
izquierda. Ahora la “revocable” era de izquierda y el voto por el No ha significado
al final una renuncia, la renuncia de la izquierda a uno de sus “principios”.
De otro lado, debemos resaltar que una
vez acabado el proceso la Alcaldesa Susana Villarán señaló que “no hay
ganadores ni perdedores, ganó Lima”. Pero la afirmación no es correcta: gano el
“No”, ergo: ganó ella. Pero se entiende que las declaraciones de la Alcaldesa
constituyeron un llamado a todos los ciudadanos para cerrar el tema espinoso
por el que atravesó y por el cual casi pierde la Alcaldía. Susana Villarán se
salvó por menos del 3% de los votos, pero así es la Democracia. Ella ganó. Y
esto debe ser reconocido por todos. De ahora en adelante tiene que comenzar a
trabajar y hacer alguna obra por la cual la recuerden los limeños. También debe
recordar que es de izquierda y no olvidar su compromiso con los sectores menos
favorecidos.
El único perdedor de este proceso ha
sido Marco Tulio Gutiérrez por haber sido el rostro visible de la campaña por
el “Sí”. Ningún líder de peso dio la cara por el “Sí”. Luís Castañeda pudo
haber estado detrás de todo esto pero la revocatoria no le afecta su caudal
electoral ya que es más que probable que vuelva a ser Alcalde en el 2014. Ha recuperado
cierto protagonismo y tiene sus seguidores. Alán García puso a colaborar a Hugo
Otero en la campaña pero tampoco se jugó decididamente por el triunfo del “Sí”.
Para los apristas este no fue un tema “de vida o muerte” y la maquinaria
partidaria no se movilizó como se hubiera esperado. El fujimorismo se abstuvo
de participar decididamente en esta campaña porque están guardándose para los
procesos electorales que comienzan el 2014.
Los que afirman que fue un triunfo de
Lourdes Flores y del PPC olvidan que ha sido la líder de la derecha la que
apoyó la continuidad de una Alcaldesa de izquierda, sector que en pasadas (y
futuras) elecciones nunca lanzaría ese “salvavidas” político. Lourdes Flores ha
sido consecuente con su posición principista en contra de la revocatoria y ha
sido bondadosa en apoyar a Villarán. Sí esto le trae algún beneficio o redito
político en el futuro inmediato o en largo plazo sólo se podrá ver después. En
cualquier caso no se acostumbra tal modo de actuar en el mundo de “la Política”.
Ahora ha comprometido su prestigio a la gestión de una Alcaldesa que nadie ha
defendido por ser una “buena” administradora. Su futuro estará ligado al de
Susana Villarán los próximos dos años. Pero el PPC como partido sí podrá seguir
en el juego democrático una vez que presente su lista para regidores a finales
de este año donde deberían aparecer más rostros nuevos.
Del mismo modo, los resultados
electorales del 17 de marzo no significan de ningún modo un triunfo de la
izquierda. Fuerza Social, el Partido Comunista, el Partido Socialista y Tierra
y Libertad jamás hubieran obtenido la cantidad de votos que han obtenido sin el
apoyo del PPC, de PPK y de Perú Posible. La clase media limeña jamás los
apoyaría y si fue a votar por el No, lo hizo por apoyar a líderes como PPK o
Luís Bedoya Reyes. Que no crean los izquierdistas que están ad portas de llegar
al “reino de los cielos”. Lima, por el voto de los seguidores del PPC y de PPK,
que han decidido esta elección, sigue siendo “conservadora”. De cualquier modo
la aparición de un rostro nuevo y juvenil en la izquierda como el de Marisa
Glave beneficia a toda “la Política” y mejora el stock de nuestros “Políticos”.
Esta campaña empezó con más de 30 puntos
de ventaja a favor del Sí. Lo que confirma que siempre existió descontento en
la ciudadanía de Lima ante la gestión de Susana Villarán. No hubo jamás “oscuros
intereses” detrás del proceso. Asimismo, los medios de prensa que empezaron criticando
la gestión de Susana Villarán desde comienzos del año pasado, al final de esta
larga “batalla por Lima” terminaron defendiendo la “reciente” labor de la
Alcaldesa. Resulta patético el Editorial del diario “El Comercio” un día antes
de la revocatoria. Se menciona todo lo malo (La Herradura, La Parada, Puente
Rímac) que pasó durante la gestión de la Alcaldesa y se dice que ella “no es
nuestra idea de una buena autoridad”, pero concluye apoyando el “No” por
conceptos que no vienen al caso porque nunca han estado en juego la
institucionalidad ni la gobernabilidad democrática. Esa Editorial expresa la
confusión que ha existido siempre sobre el concepto de lo que es la
Revocatoria, la expresión del malestar de la ciudadanía frente a un mandatario
al que puede cesar en su cargo por no tener una buena gestión.
Del mismo modo, no resultó nada
agradable observar algunas entrevistas de Milagros Leiva y Patricia del Río a
muchos de los revocadores. Perdieron la objetividad, el “centro” que debe tener
todo periodista. Mejor hubieran realizado su propia campaña vistiendo el polo
del NO y como Mónica Sánchez y todos los artistas “progre” cruzar sus brazos
ante las pantallas de televisión. Ambas se sumaron a esa cofradía de periodistas
que hacen política desde los medios como Jaime de Althaus y Aldo Mariategui. Si
quieren hacer política y expresar opiniones a favor de una opción política que
se inscriban en un Partido. No debe negarse que ellas han contribuido mucho en
el remonte final del No. Es su primer triunfo político, algo que no pueden
disfrutar hasta ahora Jaime de Althaus ni Aldo Mariategui.
La revocatoria es un derecho ciudadano
que está contemplado en la Constitución. Busca proteger a los ciudadanos de la
mala gestión de sus autoridades. De hecho la mala gestión de la Alcaldesa justificaba
el proceso de revocatoria. Que se hubieran dado varios procesos electorales en
dos años hubiera sido algo muy positivo desde el punto de vista de la
Democracia y algo muy bueno desde “la Política” porque hubiera permitido que se
renovaran los cuadros partidarios mediante elecciones internas en los partidos
para elegir sus candidatos, dinamizándose la participación política de los ciudadanos.
A más participación, más gobernabilidad, más institucionalidad. El argumento de
no querer ir a más elecciones porque es una pérdida de tiempo y de dinero es un
argumento NO democrático, que busca incentivar el apoliticismo que estuvo “de
moda” durante el régimen de Alberto Fujimori. Sólo desde esta óptica hemos
perdido todos los ciudadanos de Lima al no haber ganado el Sí.
Pero a pesar del triunfo del No,
parecería que vamos a ir a nuevas elecciones a fin de año por la “consigna” de
PPK de botar a los regidores de Susana Villarán por considerarlos “extremistas”.
Esto es bueno porque de todos modos habrá más “política”. Pero la consigna de
PPK sirve para darnos un derrotero de lo que piensa realmente la derecha. Desde
antes del triunfo del No ya empezaron las divergencias en la alianza entre la “derecha”
y la “izquierda”. Ahora la Alcaldesa se ha quedado sin su “Estado Mayor” y es probable
que en las próximas elecciones la izquierda se estrelle contra la cruenta
realidad al ver su verdadera capacidad de convocatoria del electorado limeño.
Es muy probable que no se mantenga esa “alianza anti natura” entre los polos opuestos de nuestra política
nacional. Ni el “Acuerdo por Lima” podría realizar ese “milagro”.
Para concluir, quiero señalar que es la
primera vez en nuestros procesos electorales que el poder del dinero se impone
abiertamente. La campaña de Susana Villarán ha sido una cuasi campaña
presidencial con paneles por toda la ciudad que no deben bajar de 50 mil
dólares cada uno. El que se considera el “artífice” de este triunfo, Luis
Favre, ¿cuánto habrá cobrado por su asesoramiento? Del mismo modo, todas las
movilizaciones, mítines, eventos con artistas deben haber tenido un costo,
¿quién los financió? El personal que se usó en la excelente campaña
informática, ¿quién lo contrató? Los gastos de campaña del No han sido
exorbitantes y exigen una investigación. Si no se hace ninguna, es más que
probable que en el futuro se siga con el mismo proceder de no dar cuenta de la
procedencia de los ingresos de los “colaboradores” en campañas electorales. La
transparencia es otro “principio” que ha dejado de lado la izquierda que
representa Susana Villarán. De ahora en
adelante ya no será posible ganar una elección sin contar con ingentes recursos
económicos. Esta es una mala noticia. La política a partir de ahora será más
corrupta.
Lima, 21 de marzo de 2013
Datos:
La primera consulta de revocatoria se
realizó en 1997 en 60 distritos y una provincia. Ese año, de un total de 61
alcaldes sometidos a consulta popular, fueron revocados el 67% de ellos,
mientras que de los 129 regidores cuestionados, se revocaron al 72%. En el año
2001, sólo fueron revocados el 7% de alcaldes y el 6% de regidores. Desde el
año 2004 a la fecha un total de 878 autoridades han sido sometidas a consulta
popular y han sido revocadas 144 en 43 distritos de todo el país.
Legislación
vigente:
El derecho de revocatoria aparece por
primera vez en nuestra Constitución de 1993 (art. 2°, numeral 17, art. 31° y
art. 191°) y ha sido contemplada las siguientes Leyes que tienen que ver con
los procesos electorales:
1.
Ley
Orgánica de Elecciones, Ley N° 26859, art. 6°, d); arts. 26°-28°.
2.
Ley
de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos, Ley N° 26300, art. 3°,
a); arts. 20°-26°.3. Ley que modifica los artículos 23° y 29° de la Ley de los derechos de participación ciudadanos, Ley N° 28421.
4. Ley de Elecciones Regionales, Ley N° 27683: art. 10°.
5. Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, Ley N° 27867: art. 11°.
6. Ley Orgánica de Municipalidades, Ley N° 27972: art. 122°.
7. Ley de Elecciones de Jueces de Paz, Ley N° 27539: art. 4°.