viernes, 26 de abril de 2013

EL TRIUNFO DE CAPRILES
Johnny Montalvo Falcón

Perú, año 2000. El pueblo peruano en su mayoría cree que sigue viviendo en Democracia porque la prensa y la media en general han servido al régimen más corrupto de nuestra Historia para “distraer” la atención ciudadana; es el reino de la “telebasura” con los programas de reality-show en apogeo, con Laura Bozzo como su principal exponente. No existe división de poderes porque en el Congreso hay una mayoría oficialista y los votos de la oposición se compran en la famosa salita del servicio de inteligencia, y en el Poder Judicial la mayoría de jueces obedece los dictados de Montesinos. El Jurado Nacional de Elecciones está “digitado” desde Palacio de Gobierno, y los militares han firmado un “acta de sujeción” al estilo nazi para apoyar la continuidad en el poder del régimen fujimorista (los militares desde los años 70 vienen soñando con un gobierno de 30 años como mínimo). Los empresarios en su mayoría apoyan al régimen porque derrotó al terrorismo y sentó las bases del crecimiento económico, además muchos de ellos se reúnen con Montesinos para ver sus “casos” en la famosa salita del SIN. Todos los poderes fácticos sirven de sustento al régimen y los programas de ayuda social sirven para incrementar el apoyo en la base social que aparentemente está contenta con las “dadivas” que recibe del gobierno. El slogan del gobierno ese año es: “el Perú está en marcha”. Se ha convocado a elecciones generales, y vuelvo a insistir, como se vienen realizando elecciones presidenciales cada 5 años, la mayoría de peruanos cree que se vive en una Democracia.

Las elecciones del año 2000 fueron un “fraude” desde su inicio. La prensa escrita y la televisión sirven al régimen para ir destruyendo candidaturas. Primero se destruye al exalcalde de Lima Alberto Andrade, luego se agravia a Luís Castañeda Lossio, y finalmente se trata de minimizar y ridiculizar a un candidato que viene incrementando su intención de voto porque es un “outsider”, un político “nuevo”. La gente comienza a pensar que algo extraño sucede en esta campaña porque resulta muy extraño que todos los candidatos vayan siendo destruidos por la prensa y que sólo Fujimori aparezca como el único candidato “serio”, “honesto”, “honrado” y “trabajador”. Muchos ciudadanos comienzan a dudar y deciden dar su apoyo a ese cholo de Harvard que quiere ser presidente. Alejandro Toledo aparece en el año 2000 enfrentándose a todo ese “andamiaje” construido por Fujimori-Montesinos durante casi una década para perpetuarse en el poder. Los resultados de la primera vuelta en un principio dan el triunfo a Alejandro Toledo. Pero luego, por la noche, los resultados “cambian” y dan el triunfo a Alberto Fujimori. Aquí comienza la “gesta” de Alejandro Toledo. Se niega a participar en la segunda vuelta y desconoce los resultados de las elecciones “fraudulentas” que mantienen en el poder al régimen fujimorista. La mayoría de países, incluido Estados Unidos, reconocen la victoria de Fujimori (y para esto no hizo falta ninguna “visita oficial”, bastó el Fax o un simple “Comunicado Oficial”). La prensa aplaude el triunfo electoral de Fujimori y se ensaña contra Toledo y su Marcha de los 4 Suyos que trata de impedir la toma de mando de Fujimori. A partir de aquí la Historia ya es conocida, Alejandro Toledo como un auténtico “David” redivivo, destruye todo el “andamiaje” fujimorista, un auténtico “Goliat” que es derrotado por la resistencia pacífica del pueblo peruano y el liderazgo de Toledo.

Henrique Capriles Radonski, es el candidato de la oposición venezolana que viene repitiendo, paso a paso, la gesta de Alejandro Toledo. Como se sabe, Venezuela es un país donde no existe la independencia de poderes, donde las fuerzas armadas respaldan abiertamente al régimen, donde el gobierno cuenta con ingentes recursos económicos provenientes del petróleo que se emplean en el “gasto social” y donde la libertad de información casi no existe. El régimen “bolivariano” tenía por finalidad la perpetuación en el poder de Hugo Chávez. Una vez fallecido Chávez, Nicolás Maduro, a pesar que la Constitución se lo impedía, asume el mando como “delfín” y postula a la presidencia. Personalmente, creía que su triunfo iba a ser apabullante, porque aparentemente el “andamiaje” tan bien estructurado por más de una década tenía un gran sustento en la base social sobre todo por todos los programas de apoyo social que ha realizado el régimen chavista en los estratos populares. Me equivoque. El ansia de libertad es más importante en los pueblos que las “dadivas” que se reciben de los gobernantes de turno. El pueblo venezolano al votar por Capriles ha dicho que quiere libertad. Y a pesar que las elecciones no tuvieron observadores electorales internacionales de la Unión Europea o de la OEA, a pesar que no existió un acceso igualitario al tiempo televisivo, a pesar de las amenazas de los grupos bolivarianos en las calles y barrios populares, una importante parte de la población venezolana ha votado por Capriles. Esto en sí ya representa un triunfo. El triunfo de Henrique Capriles. Y la Historia de Venezuela no ha terminado aquí. Así como Venezuela no se ha detenido después de la muerte de Hugo Chávez, tampoco se detendrá con la investidura de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela con el “aval cómplice” (al decir de Mario Vargas Llosa) de los gobiernos de la UNASUR. La gesta de Henrique Capriles ha comenzado. Nicolás Maduro irá perdiendo legitimidad sobre sus gobernantes y el espíritu de la libertad en los venezolanos no podrá ser detenido ni por las balas ni por los tanques.

Henrique Capriles ha tenido el valor de enfrentarse a todo un “andamiaje” construido por más de una década en Venezuela para la perpetuación en el poder de una supuesta revolución bolivariana que sólo ha servido para el enriquecimiento de una camarilla política-militar y de un grupo de empresarios “amigos” del bolivarianismo. El pueblo venezolano, a pesar del inmenso gasto en “inclusión social” no ha salido de la pobreza y aunque se cuenta con la “ayuda” de Cuba en los programas sociales de salud y educación, la pobreza sigue allí, afectando a la mayoría de venezolanos que tratan de “sobrevivir” aprovechándose del dinero público que el petróleo  permite derrochar sin control. La mayoría de venezolanos no es “chavista”, esta elección lo ha demostrado con creces. A pesar de haber tenido un gobierno autoritario por más de una década, a pesar de todo el poder mediático, a pesar de que no existe división de poderes, a pesar de las cuadrillas de delatores y detractores “revolucionarios” que circulan por los calles con total impunidad, los venezolanos han demostrado con su voto por Capriles que están cansados de toda esa “farsa revolucionaria”. El pueblo venezolano ansia la libertad. Y cuando un pueblo quiere ser libre, no existe arma alguna que pueda servir para contener ese anhelo. Capriles y Maduro repiten ese combate Bíblico entre David y Goliat. Al final ya sabemos quién saldrá vencedor. El desmoronamiento del régimen chavista ha comenzado. Del valor en la resistencia pacífica que pueda oponer el pueblo venezolano a través del liderazgo de Henrique Capriles dependerá que todo el “andamiaje” chavista- recientemente avalado por la UNASUR- quede en el basurero de la Historia.

Lima, 25 de abril de 2013.

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