viernes, 15 de marzo de 2013

LA REVOCATORIA


LA REVOCATORIA
Johnny Montalvo

 
Según el DRAE revocar significa: “dejar sin efecto una concesión, un mandato o una resolución”. Etimológicamente la palabra proviene de latín “revocare”, que en la antigua Roma hacía referencia al acto unilateral que emanaba de la voluntad de una autoridad que se rectifica. En este sentido, en el ámbito constitucional moderno, la revocación busca dejar sin efecto el mandato del titular de un cargo público, constituyendo un instrumento de democracia directa destinado al control del abuso de poder de los que ocupan un cargo público. Para el tratadista argentino Mario Justo López, “el recall o revocación popular es un procedimiento para destituir a los representantes o funcionarios elegidos antes de que se cumpla el plazo fijado para su actuación, y cuyo objeto radica en mantener constantemente responsables ante sus electores a los funcionarios públicos elegidos”. Asimismo, según el Diccionario Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), la revocatoria del mandato o plebiscito revocatorio: “constituye un procedimiento a través del cual los electores pueden destituir a un cargo público con anterioridad a la expiración del período para el cual fue elegido”. En América Latina la mayoría de Constituciones que permiten mecanismos de Democracia Directa limitan el derecho de revocatoria al ámbito local y regional. Sin embargo, la Constitución de Ecuador de 1998  ha incorporado el derecho general de “revocar el mandato que los ciudadanos confieran a los dignatarios de elección popular” (art. 26°). Del mismo modo, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, establece en su artículo 72° que “todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables”. El derecho a la revocatoria también se encuentra establecido en el art. 103° de la Constitución de Colombia: “Son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referéndum, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato.”

El mecanismo de revocatoria se introduce por primera vez en nuestro marco constitucional, con la Constitución de 1993 junto con otras figuras como el referéndum, la iniciativa legislativa y la demanda de rendición de cuentas (artículo 31°). Es debido a la confluencia de las posiciones de la entonces mayoría fujimorista (Cambio 90/Nueva Mayoría) y las del Movimiento Democrático de Izquierda (MDI) que se discuten y se aprueben mecanismos de Democracia Directa en la Constitución Política de 1993. El Instituto Libertad y Democracia (ILD) de Hernando de Soto apoyó la introducción de este mecanismo en la Constitución. En este sentido, el artículo 31° de la Constitución que incluye la Revocatoria fue aprobada con 56 votos a favor y 11 en contra (entre estos once estuvieron: Lourdes Flores, Francisco Tudela, José Barba y Roger Cáceres). Un año después de la entrada en vigencia de la Constitución de 1993, merced a propuestas presentadas por el “Centro de Estudios Parlamentarios y Sociedad” (CEPYS), el MDI y un documento del politólogo Francisco Miró Quesada Rada, se aprueba con el voto mayoritario del CCD la “Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos” (Ley N° 26300), la que ha tenido tres modificaciones hasta la actualidad y es la que ha regido para los procesos revocatorios que se han venido dando a lo largo y ancho del país. La revocatoria como derecho del pueblo generalmente ha sido una propuesta defendida por sectores progresistas y de izquierda en toda América Latina. Y en el Perú, en muchos lugares del país, partidos de izquierda y movimientos progresistas o “radicales” han venido planteando que la revocatoria no sólo se quede en el marco local o regional sino que también se extienda a los congresistas y al mismo presidente de la República. Ollanta Humala cerró su campaña electoral del 2011 pidiendo a gritos que se pueda revocar a los congresistas y al mismísimo presidente de la República “cuando no cumplan sus promesas”.

Por todo lo expuesto, hay que reconocer en primer lugar que la revocatoria es un Derecho Ciudadano porque en la Democracia el pueblo es “el soberano”. Es un derecho que puede y debe ser ejercido cuando se cumple con ciertos requisitos legales (un número de firmas determinado, expediente del proceso revocador y convocación a la ciudadanía para votar a favor o en contra). La acción de revocar es propia de los ciudadanos ante hechos corruptos de alguna autoridad, su inoperancia o debido a algún malestar por el incumplimiento de las promesas electorales del que ostenta un cargo público. Pero no bastan el malestar y la insatisfacción con el funcionario elegido para poder proceder con la revocatoria, es necesario que obligatoriamente se den ciertos requisitos y pasos hasta lograr que por medio de la votación popular se “castigue” al funcionario elegido antes que termine el periodo para el que fue elegido. Es decir, uno de los requisitos y la finalidad principal para revocar es precisamente que la autoridad revocada no termine su periodo. No hay derecho a la revocatoria si la autoridad ya terminó su mandato. Lo que se quiere con este mecanismo es impedir que la incapacidad o la falta del cumplimiento de promesas electorales puedan debilitar las instituciones o la gobernabilidad. En este sentido, no es correcto que la alcaldesa Susana Villarán pida en todos los auditorios que “la dejen terminar con su mandato”. Insisto, precisamente existe el derecho a la revocatoria para impedir que las autoridades a revocar puedan concluir con el periodo para el cual fueron elegidos. Si Susana Villarán pide que no la saquen ahora está negando el derecho de los ciudadanos a la revocatoria. Solo en este sentido estaría negando la constitucionalidad del proceso y por lo tanto estaría colocándose “fuera de la Ley” o lo que es mucho peor: “sobre la Ley” ya que ella misma ha apoyado procesos revocatorios por corrupción a dos regidores de la misma alianza que la llevo a ser Alcalde de Lima, aceptando con ello la legalidad e idoneidad del procedimiento revocador.

Debe tenerse en consideración que la ciudadanía de Lima es "el soberano" en este proceso revocador. Basta ver las Encuestas que señalaban desde hace casi dos años que Susana Villarán no contaba con el suficiente respaldo popular a su gestión para darse cuenta que otro de los argumentos esgrimidos por la Alcaldesa para cuestionar la revocatoria es totalmente falso. La revocatoria no nace de los delincuentes de COMMUNICORE, el exalcalde Castañeda Lossio, los corruptos apristas o la mafia fujimontesinista. La revocatoria nace de un sentimiento ciudadano de rechazo a la labor de la Alcaldesa Villarán, quien según la mayoría de ciudadanos no ha ejercitado su cargo con la debida diligencia ni ha sabido afrontar las responsabilidades de diversos acontecimientos (Avenida Canadá, Playa La Herradura, La Parada, Puente Río Rímac) que han mellado el respaldo popular que la llevó a la Alcaldía. La gente que hizo ganar a Susana Villarán (sectores D/E) es la más reacia a aceptar los argumentos del NO y es la misma que haría posible que este domingo 17 de marzo se haya revocado por primera vez a un Alcalde de Lima. Pero debo señalar que de ningún modo pueden justificarse los ataques y agravios que ha recibido la Alcaldesa durante este proceso revocador, aunque también se debe resaltar la insoportable parafernalia y cuasi campaña presidencial que se ha implementado con ingentes recursos (no transparentes) para impedir que se produzca un proceso democrático en que deben decidir los ciudadanos. ¿No provoca ninguna suspicacia entre los mismos izquierdistas partidarios de Villarán que la CONFIEP, la derecha “bruta y achorada”-DBA, Lourdes Flores, PPK y el Grupo “El Comercio” apoyen la “exitosa” gestión de la Alcaldesa que tuvo menos del 20 por ciento de aprobación ciudadana durante la mayor parte de su mandato?

Otro de los argumentos de los que apoyan el NO es que “Lima no puede parar”. Sin embargo este es el argumento más fácil de rebatir debido a que desde hace más de dos meses Lima está “detenida” debido a que su Alcalde y la mayoría de sus regidores se la pasan en auditorios, asentamientos humanos y programas televisivos tratando de prolongar en el cargo a la Alcalde que siempre que ha habido problemas nunca se encontraba en su oficina sino fuera de Lima o fuera del país! Lima no se detendrá porque revocan a su Alcalde. Afirmar esto significa no ser institucionalista sino personalista. Todos los que hemos pasado por el Estado sabemos una regla básica: las personas pasan las instituciones quedan. No es el fin del mundo ni viene el caos porque un comunista que fue en la Lista de Susana Villarán podría convertirse en Alcalde. La Democracia no está en peligro en el Perú y los izquierdistas han sabido aceptar las reglas del Mercado como Marissa Glave y algunos radicales de Tierra y Libertad, partido aliado de Fuerza Social en la Municipalidad de Lima. El actual Gerente de la Municipalidad de Lima, José Miguel Castro ha señalado que cualquier reforma u obra iniciada por Villarán continuaría por los acuerdos multipartidarios de las fuerzas políticas representadas en el Consejo de Lima. El escenario post-Villarán no sería catastrófico y más bien permitiría asumir consensos para la etapa de transición previa a un nuevo proceso electoral. Lima no se ha detenido hasta ahora a pesar de la campaña “electoral” en que se encuentra inmersa Susana Villarán, así que es menos probable que se detenga después de su salida y más bien la “lección”, el “mensaje” que quedaría a los posteriores Alcaldes es que Lima no tiene una ciudadanía pasiva sino que de ahora en adelante los futuros candidatos a la Alcaldía de Lima se deben preparar con mucha anticipación para gobernar con diligencia la Ciudad de los Reyes.

Finalmente, los resultados de este 17 de marzo son inciertos hasta el momento por las contradicciones que existen entre algunas Encuestas. En cualquier caso, quisiera señalar que lo peor que pudo pasarle a los partidarios del SI es que la propuesta de revocatoria haya salido de un personaje impresentable como Marco Tulio Gutierrez cuyas infelices frases contra las mujeres demuestra su baja estatura moral, así como el hecho que no haya existido una conducción centralizada de los revocadores que exhibieron poco respeto por las reglas de juego democrático al no cumplir con los acuerdos del Debate. También les perjudicó que ningún líder de peso (Alan García, Luís Castañeda, Keiko Fujimori) se haya querido jugar el todo por el todo en esta campaña donde sólo se ve a un solo contendor que tiene a casi todas las cantantes, artistas, deportistas, vedetts, “intelectuales”, movimientos, asociaciones, gremios sindicales y empresariales, etc., a su favor. Esta revocatoria se ha convertido en una fiesta de la farándula limeña y los insultos y diatribas están a la orden del día mientras que en la ciudad el caos vehicular es una constante y reina la inseguridad ciudadana (hace poco asesinaron a una mujer policía). Particularmente creo que el NO tiene más posibilidades de ganar por todo el apoyo mediático y la inmensa propaganda de gigantografias en paneles que inundan la ciudad. Los memes del NO en las redes sociales también denotan una inteligente capacidad de comunicación con los sectores juveniles que fueron los que catapultaron a Villarán para Alcaldesa al convertirse en la “tía regia” de esos jóvenes que aplaudían en privado que la "tía" Susana no haya tenido vergüenza de aceptar en público que fumó marihuana cuando era joven. Suceda lo que suceda este 17 de marzo, ¿se investigaran de donde provinieron los ingentes recursos que se gastaron durante estos días? Es muy probable que todo esto quede en el olvido y como un "episodio" más del BAJO NIVEL de la política peruana. Si gana el NO es muy probable que la Alcaldesa Villarán siga defraudando a algunos ciudadanos y siendo percibida como “incapaz” por sus adversarios. Si gana el SI la ciudadanía limeña se enfrentaría a la posibilidad de varios procesos electorales en el corto y mediano plazo lo que obligaría a los partidos políticos a tener una mayor actividad. Por último el triunfo del SI enviará un mensaje de alerta a los futuros Alcaldes de Lima para que se esfuercen desde el primer día en trabajar por solucionar los graves problemas de la ciudad, para que no sean percibidos como incapaces en su gestión y sobre todo para que no defrauden a sus electores incumpliendo sus promesas electorales.

Lima, 11 de marzo de 2013.

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