jueves, 21 de marzo de 2013

LO QUE DEJA LA REVOCATORIA


EL PODER DEL DINERO
Lo que deja la Revocatoria
Johnny Montalvo Falcón


Luego del proceso de revocatoria es necesario comenzar un debate sobre la continuidad o no de este mecanismo de democracia directa por el cual el soberano (el pueblo) puede revocar a cualquier autoridad municipal o regional. En este sentido debemos partir del análisis de las consecuencias positivas o negativas que conlleva este proceso. Todo con la finalidad de establecer que es lo más conveniente para el interés público. Mi posición es que la revocatoria se elimine de la Constitución como derecho ciudadano, al mismo tiempo que el periodo de los Alcaldes se reduzca a 3 años. De este modo, aunque se puedan elegir Alcaldes ineficientes e incapaces, estos podrían concluir sus mandatos sin procesos de consulta “costosos” que podrían “afectar la gobernabilidad democrática”.

En adelante quiero realizar un análisis de este proceso revocador que se dio por primera vez en Lima. Como ya he señalado anteriormente la revocatoria aparece por primera vez en nuestra Constitución de 1993. Debe destacarse que la aprobación de los artículos pertinentes en esa Constitución recibieron las críticas y el rechazo de una joven congresista llamada Lourdes Flores Nano. Desde el año 2004 han sido más de 800 autoridades las que se enfrentaron a este proceso y jamás se dijo que “intereses oscuros” estaban detrás de aquellos revocadores, menos que estaban en peligro la “estabilidad” e “institucionalidad” democrática. Pareciera que hay dos visiones contrarias al observar el proceso “en sí”. Cuando afecta a las provincias es un mecanismo democrático, cuando afecta a Lima la revocatoria pone en riesgo la “gobernabilidad”.

También sucede lo mismo desde la óptica de la izquierda, los “progres” y los “caviares”. El mecanismo fue ideado en el pensamiento de izquierda como un “arma” de la lucha por el poder avanzando hacia la “democracia directa”. Henry Pease, líder de la vieja izquierda marxista, estuvo detrás de todas las Leyes que se aprobaron durante el gobierno de Alejandro Toledo y que han permitido que se realicen todos los procesos revocadores contra autoridades elegidas a escala nacional. La izquierda no dijo nada antes porque los procesos fueron contra autoridades que no eran de izquierda. Ahora la “revocable” era de izquierda y el voto por el No ha significado al final una renuncia, la renuncia de la izquierda a uno de sus “principios”.

De otro lado, debemos resaltar que una vez acabado el proceso la Alcaldesa Susana Villarán señaló que “no hay ganadores ni perdedores, ganó Lima”. Pero la afirmación no es correcta: gano el “No”, ergo: ganó ella. Pero se entiende que las declaraciones de la Alcaldesa constituyeron un llamado a todos los ciudadanos para cerrar el tema espinoso por el que atravesó y por el cual casi pierde la Alcaldía. Susana Villarán se salvó por menos del 3% de los votos, pero así es la Democracia. Ella ganó. Y esto debe ser reconocido por todos. De ahora en adelante tiene que comenzar a trabajar y hacer alguna obra por la cual la recuerden los limeños. También debe recordar que es de izquierda y no olvidar su compromiso con los sectores menos favorecidos.

El único perdedor de este proceso ha sido Marco Tulio Gutiérrez por haber sido el rostro visible de la campaña por el “Sí”. Ningún líder de peso dio la cara por el “Sí”. Luís Castañeda pudo haber estado detrás de todo esto pero la revocatoria no le afecta su caudal electoral ya que es más que probable que vuelva a ser Alcalde en el 2014. Ha recuperado cierto protagonismo y tiene sus seguidores. Alán García puso a colaborar a Hugo Otero en la campaña pero tampoco se jugó decididamente por el triunfo del “Sí”. Para los apristas este no fue un tema “de vida o muerte” y la maquinaria partidaria no se movilizó como se hubiera esperado. El fujimorismo se abstuvo de participar decididamente en esta campaña porque están guardándose para los procesos electorales que comienzan el 2014.

Los que afirman que fue un triunfo de Lourdes Flores y del PPC olvidan que ha sido la líder de la derecha la que apoyó la continuidad de una Alcaldesa de izquierda, sector que en pasadas (y futuras) elecciones nunca lanzaría ese “salvavidas” político. Lourdes Flores ha sido consecuente con su posición principista en contra de la revocatoria y ha sido bondadosa en apoyar a Villarán. Sí esto le trae algún beneficio o redito político en el futuro inmediato o en largo plazo sólo se podrá ver después. En cualquier caso no se acostumbra tal modo de actuar en el mundo de “la Política”. Ahora ha comprometido su prestigio a la gestión de una Alcaldesa que nadie ha defendido por ser una “buena” administradora. Su futuro estará ligado al de Susana Villarán los próximos dos años. Pero el PPC como partido sí podrá seguir en el juego democrático una vez que presente su lista para regidores a finales de este año donde deberían aparecer más rostros nuevos.

Del mismo modo, los resultados electorales del 17 de marzo no significan de ningún modo un triunfo de la izquierda. Fuerza Social, el Partido Comunista, el Partido Socialista y Tierra y Libertad jamás hubieran obtenido la cantidad de votos que han obtenido sin el apoyo del PPC, de PPK y de Perú Posible. La clase media limeña jamás los apoyaría y si fue a votar por el No, lo hizo por apoyar a líderes como PPK o Luís Bedoya Reyes. Que no crean los izquierdistas que están ad portas de llegar al “reino de los cielos”. Lima, por el voto de los seguidores del PPC y de PPK, que han decidido esta elección, sigue siendo “conservadora”. De cualquier modo la aparición de un rostro nuevo y juvenil en la izquierda como el de Marisa Glave beneficia a toda “la Política” y mejora el stock de nuestros “Políticos”.

Esta campaña empezó con más de 30 puntos de ventaja a favor del Sí. Lo que confirma que siempre existió descontento en la ciudadanía de Lima ante la gestión de Susana Villarán. No hubo jamás “oscuros intereses” detrás del proceso. Asimismo, los medios de prensa que empezaron criticando la gestión de Susana Villarán desde comienzos del año pasado, al final de esta larga “batalla por Lima” terminaron defendiendo la “reciente” labor de la Alcaldesa. Resulta patético el Editorial del diario “El Comercio” un día antes de la revocatoria. Se menciona todo lo malo (La Herradura, La Parada, Puente Rímac) que pasó durante la gestión de la Alcaldesa y se dice que ella “no es nuestra idea de una buena autoridad”, pero concluye apoyando el “No” por conceptos que no vienen al caso porque nunca han estado en juego la institucionalidad ni la gobernabilidad democrática. Esa Editorial expresa la confusión que ha existido siempre sobre el concepto de lo que es la Revocatoria, la expresión del malestar de la ciudadanía frente a un mandatario al que puede cesar en su cargo por no tener una buena gestión.

Del mismo modo, no resultó nada agradable observar algunas entrevistas de Milagros Leiva y Patricia del Río a muchos de los revocadores. Perdieron la objetividad, el “centro” que debe tener todo periodista. Mejor hubieran realizado su propia campaña vistiendo el polo del NO y como Mónica Sánchez y todos los artistas “progre” cruzar sus brazos ante las pantallas de televisión. Ambas se sumaron a esa cofradía de periodistas que hacen política desde los medios como Jaime de Althaus y Aldo Mariategui. Si quieren hacer política y expresar opiniones a favor de una opción política que se inscriban en un Partido. No debe negarse que ellas han contribuido mucho en el remonte final del No. Es su primer triunfo político, algo que no pueden disfrutar hasta ahora Jaime de Althaus ni Aldo Mariategui.

La revocatoria es un derecho ciudadano que está contemplado en la Constitución. Busca proteger a los ciudadanos de la mala gestión de sus autoridades. De hecho la mala gestión de la Alcaldesa justificaba el proceso de revocatoria. Que se hubieran dado varios procesos electorales en dos años hubiera sido algo muy positivo desde el punto de vista de la Democracia y algo muy bueno desde “la Política” porque hubiera permitido que se renovaran los cuadros partidarios mediante elecciones internas en los partidos para elegir sus candidatos, dinamizándose la participación política de los ciudadanos. A más participación, más gobernabilidad, más institucionalidad. El argumento de no querer ir a más elecciones porque es una pérdida de tiempo y de dinero es un argumento NO democrático, que busca incentivar el apoliticismo que estuvo “de moda” durante el régimen de Alberto Fujimori. Sólo desde esta óptica hemos perdido todos los ciudadanos de Lima al no haber ganado el Sí.

Pero a pesar del triunfo del No, parecería que vamos a ir a nuevas elecciones a fin de año por la “consigna” de PPK de botar a los regidores de Susana Villarán por considerarlos “extremistas”. Esto es bueno porque de todos modos habrá más “política”. Pero la consigna de PPK sirve para darnos un derrotero de lo que piensa realmente la derecha. Desde antes del triunfo del No ya empezaron las divergencias en la alianza entre la “derecha” y la “izquierda”. Ahora la Alcaldesa se ha quedado sin su “Estado Mayor” y es probable que en las próximas elecciones la izquierda se estrelle contra la cruenta realidad al ver su verdadera capacidad de convocatoria del electorado limeño. Es muy probable que no se mantenga esa “alianza anti natura” entre  los polos opuestos de nuestra política nacional. Ni el “Acuerdo por Lima” podría realizar ese “milagro”.

Para concluir, quiero señalar que es la primera vez en nuestros procesos electorales que el poder del dinero se impone abiertamente. La campaña de Susana Villarán ha sido una cuasi campaña presidencial con paneles por toda la ciudad que no deben bajar de 50 mil dólares cada uno. El que se considera el “artífice” de este triunfo, Luis Favre, ¿cuánto habrá cobrado por su asesoramiento? Del mismo modo, todas las movilizaciones, mítines, eventos con artistas deben haber tenido un costo, ¿quién los financió? El personal que se usó en la excelente campaña informática, ¿quién lo contrató? Los gastos de campaña del No han sido exorbitantes y exigen una investigación. Si no se hace ninguna, es más que probable que en el futuro se siga con el mismo proceder de no dar cuenta de la procedencia de los ingresos de los “colaboradores” en campañas electorales. La transparencia es otro “principio” que ha dejado de lado la izquierda que representa Susana Villarán. De  ahora en adelante ya no será posible ganar una elección sin contar con ingentes recursos económicos. Esta es una mala noticia. La política a partir de ahora será más corrupta.

Lima, 21 de marzo de 2013
 

Datos:

La primera consulta de revocatoria se realizó en 1997 en 60 distritos y una provincia. Ese año, de un total de 61 alcaldes sometidos a consulta popular, fueron revocados el 67% de ellos, mientras que de los 129 regidores cuestionados, se revocaron al 72%. En el año 2001, sólo fueron revocados el 7% de alcaldes y el 6% de regidores. Desde el año 2004 a la fecha un total de 878 autoridades han sido sometidas a consulta popular y han sido revocadas 144 en 43 distritos de todo el país.
 

Legislación vigente:

El derecho de revocatoria aparece por primera vez en nuestra Constitución de 1993 (art. 2°, numeral 17, art. 31° y art. 191°) y ha sido contemplada las siguientes Leyes que tienen que ver con los procesos electorales:

1.      Ley Orgánica de Elecciones, Ley N° 26859, art. 6°, d); arts. 26°-28°.
2.      Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos, Ley N° 26300, art. 3°, a); arts. 20°-26°.
3.      Ley que modifica los artículos 23° y 29° de la Ley de los derechos de participación ciudadanos, Ley N° 28421.
4.      Ley de Elecciones Regionales, Ley N° 27683: art. 10°.
5.      Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, Ley N° 27867: art. 11°.
6.      Ley Orgánica de Municipalidades, Ley N° 27972: art. 122°.
7.      Ley de Elecciones de Jueces de Paz, Ley N° 27539: art. 4°.

 

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